El planteamiento de esta pregunta esconde una importancia significativa, ya que la pérdida auditiva suele conllevar una dimensión social. Algunas personas evitan cualquier contacto ante su inseguridad y el no saber cómo comunicarse bien con otra persona que utiliza audífonos. Sin embargo, se puede superar esta dificultad con unos pasos sencillos.
No tiene que gritar porque así no se ayuda a la comprensión verbal. Se trata, en cambio, de hablar más claro y despacio.
En los ambientes ruidosos, debe acortar la distancia que le separa del oyente.
Las personas con pérdida auditiva obtienen información muy valiosa al ver las expresiones faciales y los movimientos de los labios. Cuanto más claro hable, mejor para el interlocutor.
Llame al usuario de audífonos por su nombre. Asegúrese de que esa persona puede verle o toque suavemente en su hombro.
Evite que las conversaciones tengan lugar pasando por varias habitaciones o en un lugar con un ruido del ambiente intenso. El ruido del aspirador, la lavadora o la música alta pueden provocar que la conversación sea un fracaso para ambas partes.
Tenga muy en cuenta que el uso de audífonos puede resultar agotador en un principio. Esté atento a las muestras de agotamiento de la persona que lleva el audífono y, en ese caso, no fuerce ni prolongue la conversación si no es necesario.
En especial durante la fase de aprendizaje, la concentración del usuario de audífono puede verse mermada con rapidez. La audición y la comprensión consumen mucha energía, por lo que es mejor no forzar nunca una conversación.