Durante el período de ajuste, la audición de multitud de sonidos nuevos que va experimentando puede resultar agotadora. Tómese el tiempo necesario para acostumbrarse a los audífonos. Una actitud positiva y una firme determinación para oír y comprender mejor resultan factores fundamentales para que consiga acostumbrarse sin problemas.
No asista a un concierto con el audífono el primer día. Tenga paciencia, su audición debe ir acumulando la experiencia necesaria, en especial si las situaciones auditivas son difíciles.
Irá sintiendo que cada día disfruta más de la vida. Al principio, lleve el audífono sólo unas horas al día. Aumente el tiempo de práctica de forma gradual cada día. Conozca bien los ejercicios que le indicamos aquí y practíquelos siempre según el orden correcto.
El primer día, comience leyendo algo en voz alta para sí mismo. Puede notar su propia voz algo extraña, aunque esta sensación desaparecerá en poco tiempo. Escuche sus pisadas y su respiración. Realice a propósito ruidos suaves, como arrugar el papel, encender y apagar el interruptor de la luz, jugar con las llaves, etc. Anote todos los sonidos que puede oír en casa. Califique estos sonidos con adjetivos (por ejemplo, nítido, oscuro, tintineante…) y valórelos (agradable, extraño, divertido, familiar…).
Debe practicar este ejercicio al día siguiente y únicamente si está satisfecho con el resultado del primer ejercicio. En caso contrario, debe repetir el ejercicio 1.
Llame al servicio telefónico de información horaria. Si puede entenderlo bien, realice una llamada telefónica breve a un conocido. El siguiente paso es mantener una conversación con un amigo o un familiar en un entorno tranquilo y silencioso. No hable demasiado tiempo, hable tranquilo y con tiempo. Por último, vea un programa de televisión o escuche un programa en la radio en un entorno silencioso.
Tenga en cuenta que este ejercicio sólo está indicado cuando se han realizado los dos primeros correctamente. No asuma demasiado al principio. Repita los dos primeros ejercicios hasta que se siento seguro.
Mantenga una conversación en un ambiente ruidoso. Puede tener la televisión encendida de fondo o acudir a una cafetería con gente sin que llegue a estar abarrotada. La primera regla para este tipo de situación auditiva tan complicada es: ¡tenga paciencia! Llegará el éxito, sin duda, aunque pueden pasar varios días o semanas. Eso sí, es importante que no deje de practicar.
¿Ha llegado a dominar también este ejercicio? Dé un paso más en este desafío y mantenga una conversación con varias personas en un ambiente ruidoso.
Ahora ya es capaz de oír mejor con el audífono y puede comunicarse correctamente en muchas situaciones difíciles. El siguiente paso consiste en ser siempre un oyente centrado y en alerta. Motivo: en las situaciones auditivas con sonidos intensos, aunque no se sufra pérdida auditiva, suele ser necesario hacer un esfuerzo para oír lo que se quiere oír e ignorar el resto.
Practique el mantenerse centrado en los sonidos que quiere oír e ignorar los ruidos no deseados o molestos. Intente identificar los sonidos que no le resulten familiares en un ambiente con sonidos intensos y haga un esfuerzo consciente para ignorar los ruidos no importantes. En poco tiempo, verá como es capaz de centrar la atención de un sonido a otro.
Imagine que el sonido del teléfono o de la televisión o incluso de un concierto en directo se transmite directamente al audífono. Significaría que puede disfrutar de un nivel de audición desconocido, sin ruido ni realimentación.
Las consecuencias de toda pérdida auditiva suelen ser complejas. Desde conversaciones sencillas que se convierten en muy complejas, hasta malentendidos que pueden provocar cierto aislamiento social. Sin duda, la calidad de vida se ve afectada negativamente.